12-2 SANTA BIBIANA
Santa Bibiana es de las últimas víctimas de la persecución anticristiana de Julián el Apóstata (361-363). En una Passio Sanctae Bibianae, no anterior al siglo VII, se lee que el gobernador Aproniano, después de haber hecho asesinar a Fausto y a Dafrosa, seguro de poderse adueñar de su patrimonio, trató de obligar a la apostasía a las jóvenes hijas de los mártires.
Encerradas en la cárcel, Demetria murió antes de la terrible prueba. Bibiana, impávida y resuelta, enfrentó al gobernador, que, para debilitar su resistencia la confió inútilmente a una alcahueta. Entonces ordenó que Bibiana fuera atada a una columna y flagelada.
Llena de llagas por todo el cuerpo, finalmente la joven mártir entregó su alma a Dios. Echaron su cuerpo a los perros, pero unos cristianos lo rescataron y le dieron sepultura junto a la tumba de sus padres y de la hermana, cerca de su casa, en donde pronto construyeron una capilla y más tarde la actual basílica, sobre el monte Esquilino.
De esto da cuenta el biógrafo del Papa Simplicio (468-83), atribuyendo a este pontífice la construcción de la basílica en honor de la bienaventurada mártir Bibiana «juxta Licinianum ubi corpus eius requiescit».
Dios todopoderoso y eterno,
que concediste a Santa Bibiana
la fe necesaria
para derramar su sangre por ti,
la caridad autentica
para dar amor y cristiana sepultura
a los más necesitados,
el valor y la resignación cristiana
para convivir y socorrer a los enfermos mentales,
y el sacrificio y la humildad precisa
para soportar violencia, humillaciones
vejaciones y los más duros tormentos,…
concédenos la ayuda precisa para solventar
los abusos y dificultades por las que pasamos
y que tanto nos humillan y nos oprimen,
y el valor y la fuerza necesaria
para enfrentarnos a ellos con valentía y determinación
en estos momentos adversos.
Socórrenos, te suplicamos,
concédenos el favor
de remediar nuestros problemas
muy especialmente:
(hacer la petición)
y haz que, ayudados por la intercesión
de vuestra amada sierva
santa Bibiana, virgen y mártir
soportemos por tu amor
nuestras dificultades
y con valentía caminemos hacia ti
que eres la fuente de toda vida,
y nuestra gran esperanza
para alcanzar como ella
la eterna Bienaventuranza.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.
Rezar el Credo, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Repetir durante cinco días consecutivos.
FUENTE ACIPRENSA